lunes, 24 de septiembre de 2012

Mis Relatos en Cadena



http://www.escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser

"Una historia, un personaje, un escenario y una acción en cien palabras. El desafío de escribir un microrrelato te obliga a decir más con menos. La Cadena SER y Escuela de Escritores recompensan el ingenio y la creatividad con un premio para el mejor microcuento. La frase de inicio de los microcuentos será la última frase del texto ganador de la semana anterior"


Semana 1. Frase Inicial:  Se oye un rítmico puf puf de fantasmas paridos

Insomnio
Se oye un rítmico puf puf de fantasmas paridos en la casa vieja. El aire sigue estancado y la lámpara del salón ilumina tenuemente el espacio, las sombras tiesas permanecen constantes. Marta se asoma al pasillo por décima vez y regresa a la cama después de asegurar la puerta, está sudando. Enroscada y con los ojos secos le pide a Dios que la deje sorda. 

Semana 2. Frase Inicial:  Hasta chocarse contra una pila de maderos

Angustia
Hasta chocarse contra una pila de maderos cachizos no comprendió su lastimoso estado. Recordó el sabor avinagrado de las lágrimas de Pomona y el eco entrópico de una bandada de cacatúas ninfa que lo vio morir de pie. No le preocupaba mucho terminar convertido en mueble pero sí en libro. El árbol caído no se imaginaba dando luz en vez de sombra.

Miniatura
Hasta chocarse contra una pila de maderos prismáticos el Mustang no había sufrido mayores incidentes.  Tenía manchas de caramelo en los asientos y algo de baba de perro en la capota, pero hoy se le ha partido el stop izquierdo. Gabriel lo arrojó en la mochila y aunque pudo maniobrar para esquivar a la regla y al cartabón no tuvo escapatoria de los creyones salidos de la caja.

Semana 3. Frase Inicial:  Con esa exactitud tan característica de la ciencia

La Carrera 
Con esa exactitud tan característica de la ciencia el entrenador de alto nivel le mide la masa muscular y calcula los gramos justos de la comida precompetición, le pellizca la piel para saber si está bien hidratado y al examinarle los ojos, se encuentra como de costumbre con una mirada suplicante y entornada. Comienza entonces a aplicarle un suave masaje en la columna vertebral desde la grupa hasta la base del cráneo dolicocéfalo.  Bólido, el lebrel barcino de pelo corto agita su cola puntiaguda sintiendo el placer que jamás le dará una copa ni una liebre falsa. 

Semana 4. Frase Inicial:  De corazón y científicamente

La última prueba
De corazón y científicamente, comprobó que Dios existe pero todos le dieron la espalda. Los religiosos y políticos porque un Dios recién llegado, tan flexible y comprensivo, no les servía para dominar a las masas, los intelectuales porque abominaban cualquier variable fuera de control y finalmente la muchedumbre, que sumida en la barbarie,  prefería siempre a los pillos. Por eso, después de regresar con la última prueba, se marchó a la puesta del sol y desde la altura podía verse la mano perforada siendo traspasada por un cetro de luz.

Semana 5. Frase Inicial:  De la rutina insípida de su oficina

Proactiva
De la rutina insípida de su oficina aprendió a gastarse las horas infructuosamente, eso sí, sin que lo notara su jefe. Ahora que está jubilada, hace lo mismo con su esposo, con su hijo y con los vecinos, dando nuevos matices a su eterna apariencia de "siempre ocupada", ahora en vez de un monitor abierto en un documento inmutable de excel, suele tener un cuchillo a la mano. Le sirve para fingir que cocina,  para simular que repara algo, o para amenazar a cualquiera que la etiquete, porque eso sí, ella perezosa, jamás!. 

Semana 6. Frase Inicial:  A la cola, como todo el mundo

Sibarita en Mumbai 
A la cola, como todo el mundo para que con suerte le sirvan algo de arroz pringoso, la pieza de pan seco y una ración de frijoles tan tiesos que repiquetearán al caer en su destartalada taza. Lo hostigaba la imagen de lo que dejó intacto sobre la mesa horas antes de ser aprehendido: un platillo de magret de pato con ciruelas y peras balsámicas, una botella de costoso syrah y una propina tan generosa que alcanzaría para pagar los "bidis" de toda la población carcelaria. Cuando viajaba a la India se conformaba con los aromas de su cena, porque su glotona ambición y setenta dediles de heroína no dejaban ningún espacio en su estómago.  

Semana 7. Frase Inicial:   Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto  

La nota
Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto y sus manos torpes se sincronizan para doblar la hoja de papel. Echa un vistazo por la ventana y piensa: no ha sido hoy. El pasillo se transfigura en embudo y el aire se hace tan denso que le cuesta avanzar, empuja la puerta y al verle sentado al borde de la cama, la atmósfera se diluye inmediatamente. Ya van siete en este mes, le dice, mientras abre la maleta y comienza a desempacar.
 
Semana 8. Frase Inicial:  Déjala a ella que sea pájaro

Roles 
Déjala a ella que sea pájaro y yo seré gato, no siempre tenemos que estar sincronizadas, le dije. Se agarró los anteojos y nos miró de arriba abajo, éramos tan exactas que no pudo ocultar su cara de escepticismo. A punto de ponerme a llorar, hice un último intento por convencerle, me abalancé sobre mi gemela e intenté arañarla con las manitas, ella aleteó desesperada y al abrir su boca para gorjear se le escapó un maullido. El seleccionador hizo un garabato en la libreta y sin mirarnos nos dijo: - Definitivamente no, quizás para la próxima reencarnación.

Semana 9. Frase Inicial: Antes de que vuelva papá 

Limpieza 
- Antes de que vuelva papá, tira todo lo que puedas. 
- Se va a enojar muchísimo.
- Si, pero esto ya no es vida. Apenas cabemos por el pasillo.
- Está muy apegado a sus cosas. 
- Vamos, todas son inútiles y apestan. 
- Seguirá apestando aquí mientras estén los gatos.
- Pues tíralos también. 
- No me jodas, estamos en el duodécimo.
- No te preocupes que los cincuenta caerán de pie.
 
Semana 10. Frase Inicial: Con cuidado para que no se les caigan los alfileres 

A la medida.  
- Con cuidado para que no se les caigan los alfileres, me advirtió la costurera. Y me llevo la pila de ropa formal. Hay tanto por hacer en este taller; cada semana los traen a la fuerza para ajustarle los trajes, los pobres enflaquecen muy rápido y nadie quiere a un muerto mal vestido. Los dejarán de fastidiar cuando lleguen al hueso, pienso, mientras voy sacando los gusanos adheridos a la tela.

Semana 11. Frase Inicial: No, claro que no queremos

Rosa.  
- No, claro que no queremos el arbolito verde. Llevaremos uno rosa, así lo pidieron las niñas de la casa. Y los viejos que digan lo que quieran, la Navidad hace rato que no es para ellos.

Semana 12. Frase Inicial: Qué hace ahí fuera Lucas arañando la ventana

El Fanático.
- ¿Qué hace ahí fuera Lucas arañando la ventana? 
- Está enloquecido por la diva, quiere que lo dejen entrar. Su pandilla se encargó de destrozar el aeropuerto.
- ¿Y cómo se ha colado hasta la pista?
- Pues en estampida. Todos lograron colarse, pero solamente él resistió el despegue.



Semana 13. Frase Inicial: Hoy mamá va a probar con la pistola

Sin interrupción
Hoy mamá va a probar con la pistola. Con el calorcito del verano mi hermanito cada vez apesta más, pero no hay nada que lo haga detener su videojuego. Le debe parecer aburridísimo eso de bañarse todos los días, pero si puede seguir jugando halo, aunque sea desnudo, dejará que le disparen el agua jabonosa.

Semana 14. Frase Inicial: A ver si consigue así que papá no haga más el indio 
Hipnosis. 
A ver si consigue así que papá no haga más el indio, mi hermana está tomando un curso de hipnosis en línea. Ha estado practicando con su novio. El chico ha mejorado sus modales y la visita todas las tardes. Extrañamente le trae chocolates y en vez de parlotear estupideces como loro, cacarea tímidamente como gallina.
 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Microcuentos y Microfábulas #C140 (Twitter) 2da. Edición por Karen Zambrano


(*) Siento el peso de un aire grueso que me enquista en la cama. Hay mucha gente feliz aquí en el país de los onironautas.

(**) La mujer sin reglas nunca vio sangre, ni una gota, ni media gota. Tampoco sintió dolor ni en el cuerpo un hijo, ni medio hijo. 

(***) El perfume. Geranio, violeta, rosa y azahar, las ninfas tienen aroma floral. Mi alergia se agudiza al adentrarme en la gruta.

(****) La Petición. Querido Andrés Eloy: ¿Podrías escribir un poema contra el bullying? Atentamente, El Angelito Negro.

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El monje tiene un pensamiento recurrente, una mirada laica lo cautivó en la eucaristía del domingo y puso a temblar sus votos.


Me despierto y las percudidas sábanas se transfiguran en tristeza que me arropa. La pérfida hora cuando se me ocurrió emigrar. 



Ya lejos del teatro, escuché al sapo susurrarle a mi pequeña hija: - Cantemos y bailemos ahora, solo tu madre nos ve...



Otra vez soñó con el niño de manos púrpura, le dijo Adiós antes de partir girando y desapareció en el fondo del retrete.



Esa noche su estridulación inquietaba a mi oído de medio siglo. Usé mi espada y antes de morir el grillo espetó: Touché!


Estaba tan exhausta que dormida en su húmedo lecho halló la muerte. Necrosis de la lengua, le diagnosticaron al político.



Cuando iracundo me lanzaste a la fogata, recordé que fui tu esposa. Volví a nuestro jardín reencarnada en un caracol africano.



Estragón, anís y eneldo, endulzo tus labios y los devoro, mientras observas angustiado y perplejo sangrando bajo el bigote.

Descubrí en su maletín una cajita de regalo con una hermosa tanga talla S. iQué tonto mi marido! No recuerda que soy XXXL.



Al salir de su pupa se sintió apenada. Se marchó la mariquita cubriendo sus partes sin percatarse de que iba muy bien vestida.



Distraída. Visitó mil veces el mismo puerto y nunca zarpó por estar pensando en la musarañas.



Mnemotecnia. "Un día vi una vaca sin cola vestida de uniforme" y me fui al psiquiatra antes de terminar mi examen de cálculo.



Achaque. Le dolía todo, desde los ojos compuestos hasta los espiráculos, el piojo ya no tenía 20 días y decidió ir al médico.



Musas. Urano y Gea intentaron hacer que salieran de su habitación pero sus pequeñas estaban de duelo.



El Apero. Le dio una zanahoria y lo amarró por la nuca, luego mi abuelo se empeñó en ensillar al Mustang del vecino.



La Golondrina. Las niñas de velos prestados rodeaban afligidas la caja de zapato. Charito escondía la china con que la mató.



El recado. Avión, avión! Dile al Niño Jesús que me traiga una muñeca del tamaño del pilar!



Eraclio era cada día más ágil y corría dejando ver su brillante melena gris. Ese ratón se comió toda la caja de vitamina E.



El Secuestro. Su costoso manicure se dañó muy pronto. Intentó escapar rompiendo con las uñas la pared de bahareque.



Aburrida. Primero usé un alfiler, luego un puñal y finalmente una guadaña y no logré siquiera pellizcar mi hastío.



Extrañaría el color de tus ojos, el de tus cabellos y hasta el de tu voz, pero vivo en la ciudad de los crepúsculos.


Cayeron muchas piedras en el zaguán de la casa nueva antes de que viniera el cura y atara al ceretón bajo el taparo del patio.



Vigilia. Esa noche echó el pestillo y bajó las persianas. La mala sombra lo encontró sin la cobija y con los ojos abiertos.



Fe de vida. Este dedito tiene dinerito, este lo ahorró, este lo cobró, este me lo dio y este se irá con la nota de rescate.



Último café. Ana recoge las tazas mientras hilos de sangre cosen la camisa de su esposo, desde el cuello hasta las bocamangas.



Paladín de árboles. Aunque añora el tacto y el olor de las páginas impresas, Leonardo dimite del placer y ahora lee eBooks.



Anacoreta. Se despojó de sus bienes y se alejó del mundo, pero el mundo lo persiguió siempre con su cadencia lasciva.



Oculto tras la cortina su cuerpecito llagado le producía un intenso dolor. Su madre bebía una cerveza con el próximo cliente.



Una clepsidra vacía y un pergamino sin terminar. Lo buscaron en cada rincón del monasterio mas Agustín ya no era un santo.



Seguridad Nacional. Saúl sintió un espasmo y dejó caer la totuma con agüita del tinajero. El agente quería interrogarlo.



Sugerencia. Que nadie se me acerque, llevo perfume con feromonas.



Cabizbajo. Facundo se adentró al conuco y solamente levantó la nariz para resucitar a Bárbara con el olor de las mandarinas.



Declaración. Juro ante pena de perjurio bajo la ley del estanque que jamás trabajé para ese truhán. El caballito del diablo.



Compa, aquí está la plata pero mataron a Pacquiao. Ganó la pelea, se salió de la caja y le sacó un ojo al dueño de la gallera.



Diez coronas de espinas laceraban su cabeza."No peco más", decía el Ángel, mientras Avaricia y Envidia lo llevaban a rastras.



El amarre. Sobre cuatro cuarzos rosa, enciende un blanco velón, apágalo con simiente y será tuyo su amor. Son cien bolívares.



Convergencia. El niño apartó la cortina y se alivió con la imagen de aquel hombre flaco cuyo extraño canto escuchó en misa.



Gustavito, ¿Qué haces con ese palito?, preguntó Engracia. - Lo de siempre abuela, dibujo a Mahler en el aire.



Evidencias. Labial rojo en su pañuelo, cabello rubio en su saco y de testigo la bruja que lo leyó en el tabaco. Es todo.



Úrsula creyó perdido al duende de jardín y apareció una mañana con un gorro de oro. Estuvo escondido bajo la piedra filosofal.



La cábala. Levanté la mano y recordé al gato del callejón, tan negro como una pica y un trébol. Luego, tiré mi par de ases.



Agustín escupió la cerveza y corrió junto al niño, curó sus llagas, le pagó a la mujer y se colocó la sotana sin haber pecado.



Se agolpaban todas las almas femeninas esperando ser escogidas por Virgilio y posar para el pintor celestial de mujeres.


Le metí en la lonchera una apetitosa idea y mi pequeño microcuento dijo: 

- Mami, cuando sea grande, quiero ser bestseller.


II Edición del Concurso Microcuentos y Microfábulas #C140 @banesco
http://blog.banesco.com
Publicados en el diario El Nacional.

(*) Finalista Posición #10.
(**) Seleccionado Posición #25.
(***) Seleccionado Posición #33.
(****) Seleccionado Posición #46.